domingo, 13 de septiembre de 2015

43.El Príncipe de las Tinieblas

El Príncipe de las Tinieblas


Juan Sebastián Gutiérrez lo llama Nosferatu, como el primer Drácula que se hizo en el cine mudo. Juegan a que él es Rainfield, el mayordomo, y Gustavo Gauvry, Drácula.
     Nosferatu se va al río. Al regresar trae una piraña. La ubica en la pecera del quincho.
     Un día llega Juanse y lo ve dándole de comer mojarritas a la piraña.
     “-¿No ven?  -les dice el líder de la banda a los otros-. ¿No ven que siempre vamos a tener problemas si justo ahora que estamos grabando un disco este tipo alimenta pirañas y enanos de jardín?”
     Ya nadie recuerda quién trajo al enano. Pero estaba ahí, detenido en una sonrisa, con el farolito en lo alto de la mano. A Juanse no le gustaba nada el enano: pensaba y piensa que traen mala suerte. Una noche de tormenta se quiebra la rama de un pino y cae cerca de la cabaña. El rocker ve la oportunidad y en la madrugada lluviosa de una de las sesiones de Planeta Paranoico, corre por el jardín con el enano bajo el brazo.
     A la mañana siguiente, el enano ha desaparecido.
     -Yo adjudiqué la caída de la rama al enano. Entonces lo enterré. Creo que ni un forense puede encontrar eso.
     -¿Y vos sí te acordás dónde lo enterraste?
     -No, tampoco, tampoco. Después vino Gustavo y me dijo: “Che, ¿dónde está el enano?”. Por ahí lo encontró, no sé, preguntale.
     -Nunca me dijo nada del enano.
     -Ni te va a decir.
     Del Cielito es, también, un secreto entre camaradas. Hay ciertos lugares, ciertos aspectos, ciertos guiños, en los que no me será dado entrar.
     El rock & roll es un territorio donde las mujeres entran de manera furtiva, se roban un pedazo y se van.

     Yo quiero mi pedazo
     por qué no me lo dan


 Juanse y Gauvry en el estudio en 2001 












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