martes, 22 de septiembre de 2015

Artistas que grabaron en los Estudios Del Cielito

Artistas que grabaron en los Estudios Del Cielito




Adicta - Amaral - A.N.I.M.A.L. - Animo - Alicia Vázquez - ADN - Adriana Beltrán - Alejandro Brena - Alejandro Lerner  
Alejandro Medina_ Alejandro Sanz - Alfie Martin - Alfredo Toth - Alphonso S´entrega - Alud - Andarojo - Andrea Alvarez
Andrés Calamaro - Andrew Oldham - Anibal Kerpel - Antonio Tarragó Ros - Árbol - Ariel Prat - Astroboy - Ataque 77
Auténticos Decadentes - Autobús - Babasónicos - Baldomero y Los Tarantos - Banana - BB Muñoz - Bersuit Vergarabat 
Beto Satragni - Billy Idol - Blondie - Borregos Border - Bravo - Cachorro López - Cafeta Cuba - Calzones Rotos - Carajo
Carlitos "Mona" Jimenez - Carlos García Lopez - Carmen - Catupecu Machu - Cecilia Baraz - Celeste Carballo
Cerebros Vacíos - Certamente Roma - Cesar Isella - Cesar Pueyrredón - Chancho en Piedra - Charly García - Chébere
Ciertos Fuegos  - Cintabú - Claudio Gabis - Coplanacu - Coro Kennedy - Cristina Dall - Cuarteto Leo - Cuarteto Zupay
Cuchi Leguizamón - Daniel Buira - Daniel Colombres - Daniel Freiberg - Daniel Leiss - Daniel Sbarra - Daniel Volpini
David Lebon - DC3 - Defórmica - Deluxe - Demente Caracol - Destapados - Diego Torres - Diva - Divididos
Divina Gloria - Don Lunfardo-  Dr Silva - Dulces 16 - Duna - Durazno de Gala - Eddy Sierra - El 60 - El Horno - El Reloj
El Soldado - El Visir - Enanitos Verdes - Enot  - Expulsados - Escafandra - Estelares - Eva y los Pecadores - Fabián Gallardo - Fabiana Cantilo - Fabulosos Cadillacs - Factor Rh  - Facundo Cabral - Filarmónica de Buenos Aires - Fito Páez - Flor - Florencia Canale - Fun People - Gabriel Maccioco - Gabriela - Gerónima Sequeida - GIT - Gran Martel
Guasones - Guillermo Vilas - Guruta - Gustavo Cerati - Gustavo Santaolalla - Hamacas al río - Hereford - Hermes
Hollywood nunca aprenderá - Horacio Fontova - Horacio Guaraní - Hyperstatic - Ica Novo - Identikit
Iggy Pop and The Stooges - Imperfectos - Indio Solari - Infierno 18 - Instrucción Cívica - Interama - Intoxicados
INXS - Isabel de Sebastián - Isabel Parra - Isaco Abitbol - Iván Ferreiro - Ivonne - Jairo - Javier Martínez
Jeremy Colton - Jerry Masucci - Joe Cocker  - Jorge Calandrelli - Juan Carlos Baglieto - Juan Cebrián - Juana La Loca
Julio Bocca - Julio Sáez - Kapanga  - Kevin Johansen - Kerosene - La Banda de tu hermana - La Chilinga
La Chilinguita - La Corte del Sr Manga - La Doblada - La Llave - La Mancha de Rolando - La Mississippi - La Mosca
La Napolitana - La Petrolera - La Ruina - La Saga de Sayhueque - La Torre - La Tribu de los cristianos - La Vela Puerca - La Zurda - Las Bay Biscuit - Las Blacanblús - Las Ex - Lash Out - Las Pelotas - Las Trampas de Lili - Leda Valladares - Leo Sujatovich - León Gieco - Libremente - Limousine - Lisandro Aristimuño - Lito Nebbia - Lito Vitale
Los Abejorros - Los Artilleros - Los Buitres - Los Caballeros de la Quema - Los Cafres - Los Chanchos Rengos
Los Chalchaleros - Los Estómagos - Los Eyelites - Los Gardelitos - Los Guarros - Los Helicópteros - Los Jaivas
Los Musicantes - Los Pericos - Los Perez Garcia - Los Perros - Los Piojos - Los Prismáticos - Los Romeos
Los Skatalites - Los Siete Delfines - Los Super Ratones - Los Tekis - Los Tetas - Los Tipitos - Los Valiants
Los Vándalos - Los Violadores - Los Visitantes - Los Wailers - Luis Alberto Spinetta - Luis Miguel - Luna Roja - Magnum 
Maleta de Loca - Man Ray - Manu Chao - Maracamidi - Marcelo Alvarez - María José Cantilo - Maria Marta Serra Lima
Mariano Mores - Marilina Ross - Markama - Mars Volta - Matadores de tristezas - Mataplantas - Mambrú - Mama Birra
Mavirock - Max - Memphis La Blusera - Mercedes Sosa - Mex Urtizberea - Mick Taylor - Miguel Abuelo - Miguel Cantilo
Mijal - Milton Nascimento - Místicos - Molotov - Mónica López - Morrisey - Nacha Guevara - Niní Marshall - Nito Mestre
No Cashes  - No Te Va a Gustar - Nova - O´Connor - O.M.O - Orly - Pablo Guerra - Pablo Guyot - Pablo Memi
Pablo Milanés - Paolo - Palo Pandolfo - Pappo - Pario La Choca - Paris - Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota
Paul Simon - Pax - Pedro Aznar - Pedro y Pablo - Peligrosos Gorriones - Pereza - Personajes Urbanos - Peso Mosca
Pete Seeger - Pet Shop Boys - Peteco Carabajal - Piero - Pol Milanga - Presa del Odio - Punch - Púrpura 
Quique González - RA - Radio Shakespeare - Raíces - Rata Blanca - Ratones Paranoicos - Raúl Di Blacio - Redentor
Riff - Rinaldo Rafanelli - Rubén Goldín - Samadhi - Sandra Mihanovich - Sandro Solari - Saúl Blanch
Sentimiento Incontrolable - Sergio Denis - Sergio Roman - Seru Giran - Sexual Democracia - Silvana Di Lorenzo
Silvina Garré - Silvio Rodríguez - Sin Rumbo - Sissí - Sixto Palavecino - Ska-P - Soda Stereo - Soph Moraschi
Spinetta Jade - Steppenwolf - Stukas en vuelo - Sueter - Susana Rinaldi - Sachet - Taj Majal - Tamboor - Tania Libertad
Tantor - Taxi - Teresa Parodi - Tess - The 4 bits - The Celtic Ninja Con.n. - The Cult - The Rolling Stones - Todos Tus Muertos - Tropimatch - Turf - Tweety González - Ulises Butrón y La  - Guardia del Fuego - Uno x Uno - Vankina - Viaje a Venus - Vía Varela - Vicentico - Victor Heredia  - Virus - Viudas e Hijas de Roque Enroll - Volador G - Vox Dei - Wanda
Zaratustra - Ziggy Marley







lunes, 21 de septiembre de 2015

51. El cambio

El cambio


 Alarga un brazo hacia mí y salto del terraplén resbaloso a la planchada. El río está crecido, la estacada cubierta por el agua. Trepo la escalerilla descalza, con las piernas mojadas hasta las rodillas. Después de secarme, me pongo unas zapatillas y circunvalo el barco levantando las defensas. Salimos de la bahía a la avenida de agua que reparte el río entre las distintas marinas. Luego viene una punta festoneada de pescadores y más allá el río abierto, generoso. Remontamos el Luján en dirección norte, hasta el canal Vinculación. Sentada en uno de los mullidos sillones del fly bridge, observo la pantalla del sistema de navegación y después a Gus, ensombrecido bajo la visera de su gorra. No vamos lejos. Desde el Vinculación subimos por la desembocadura del Pajarito. Algo más adelante fondeamos.
    -En un momento decidí vender el estudio porque estaba muy cansado  -Gauvry, con sus anteojitos redondos de sol y el pelo todavía mojado, arremete contra un sándwich-. Lo había sostenido  durante más de veinte años. La inversión constante es un factor ineludible. Ya había renovado completamente el estudio más de una vez. Tenía que volver a hacerlo pero no tenía energía. Ahí fue cuando decidí vender. Desde hacía algunos años también la música estaba en crisis  -me sirve otro vaso de coca cola, completa el suyo- por el tema de Internet y la piratería. Las producciones se fueron haciendo cada vez más chicas y se empezó a grabar mucho en estudios caseros. Entonces, encarar nuevamente una inversión de mucha plata en un momento en el que se vendían cada vez menos discos, constituía una apuesta muy fuerte. De modo que decidí venderlo. Apareció entonces Bersuit. Ellos estaban buscando una quinta para ensayar.  Primero compraron el estudio. La idea era, como te decía, usarlo para ensayar. Porque además, el estudio estaba vacío: yo había vendido el equipamiento a los muchachos de Divididos, a Mollo y a Arnedo. Poco después Universal les dio a los Bersuit un dinero para producir La Argentinidad al Palo. Pensaron: “La verdad es que armar semejante estudio para nosotros solos, es una pena. Sería bueno que pudiéramos relanzar el estudio”. Fue ahí que me acercaron la propuesta de encargarme del estudio: ocuparme de los clientes, de los técnicos, de los horarios, organizar las grabaciones, arreglar las cosas que se rompían, en una palabra, ser el mánager del estudio. Aparte ellos quisieron seguir usando el nombre Del Cielito, que es mío, es decir, yo lo tengo registrado como marca. De manera que hicimos un convenio por el cual yo me asocié con ellos en el proyecto de la comercialización del estudio. Y seguí grabando como técnico, con las bandas que me convocaban. Así que mientras duró el proyecto Bersuit hice lo que había hecho siempre pero con la ventaja de que ellos o, mejor dicho, la productora que habían creado, se ocupaba de la parte financiera: cobranzas, facturación, impuestos, toda esa parte, y yo podía ocuparme de lo que siempre me gustó: la música y la tecnología aplicada a la grabación.
     Más allá de la inversión que implicaba renovar el estudio, hubo otros motivos que precipitaron el fin de una era. En efecto, en los años ’80, cuando Gustavo Gauvry crea el sello para poder producir a los Ratones Paranoicos, el rock argentino era todavía un género under que básicamente no interesaba a las grandes compañías. Con algo de publicidad que un sello independiente hiciera en la Rock & Pop, los grupos iban creciendo. En los ’90, en cambio, el rock se convierte en un negocio de las multinacionales. Éstas ofrecían a los músicos adelantos por regalías monstruosos. Gauvry ya no podía competir con ese tipo de adelantos ni con las gigantescas campañas publicitarias. El rock se había vuelto un juego de jugadores grossos, los independientes fueron perdiendo espacio y posibilidades.
     -Además  -me explica Gus algo más tarde, con los antebrazos apoyados en la planchada y el resto de su cuerpo hundido en el agua- en los ’90 el tema de los medios se volvió muy complicado porque surgieron un montón de radios de rock, de canales de cable como MTV y Much Music, de medios gráficos especializados. Entonces ya no era que tenías que poner plata en la Rock & Pop. Tenías que poner plata en un montón de lados. Y encima, como las compañías grandes estaban poniendo plata ahí, las tarifas subieron. Si en los ’80 un segundo de publicidad valía, no sé, un peso, en los ’90 pasó a valer diez. Se había convertido en un negocio demasiado arriesgado.
     -Una competencia muy desigual  -opino.
     Una lancha deportiva pasa cerca. Las olas que produce sacuden el barco y subimos y bajamos con él.
     -Por eso me cansé y decidí parar  -Gus se alza sobre la planchada, sale del agua y se sienta al lado mío-. Yo me jugaba mi casa, mi estudio, mi salud. Las multinacionales no se jugaban nada porque recibían un cheque del exterior: tenían un respaldo que yo no tenía.
     Lo miro. Está de perfil, con las manos aferradas a la tablazón y el pecho hundido. Al fondo, el sol salpica de manchas móviles la vegetación apretada de las islas. Veo su epopeya solitaria, el sueño cumplido y esfumado, el irreparable paso del tiempo, esa arruga vertical en el lado derecho de su cara que es como un hachazo o como la erosión provocada por una perpetua lágrima invisible. Gus levanta la vista. Su mirada confirma y a la vez disuade. Empieza a hablarme de los grupos que está grabando ahora, de sus nuevos proyectos. Panta rei, pienso, como Heráclito. “Todo fluye. Y no puedes vadear dos veces la misma corriente”.
     Poco a poco el río se vuelve circunspecto, recóndito. Las manchas de sol que se filtraban entre la vegetación han dejado de oscilar y mecerse. Sopla una brisa más fresca. Creo que me ha dicho todo. Y si todavía queda algo por decir, esa palabra reside en el futuro.
     En la mesa plegable de la cubierta, barro unas migas con el canto de la mano y cierro el papel graso sobre las facturas que sobran. Gus mira el río una vez más y opina que ya es tiempo de levar el ancla.








Actualmente Gustavo Gauvry es profesor de Producción Ejecutiva, Producción Musical y Gerenciamiento del Estudio de Grabación en el Instituto Ceartec. Se desempeña también como asesor técnico en el diseño y construcción de estudios de grabación y sistemas de sonido. Tiene además su estudio de mezcla y edición en la localidad de Victoria donde realiza sus producciones en combinación con otras salas de grabación. Continúa su trabajo de productor y técnico de grabación y sus más recientes proyectos incluyen a nuevos talentos como Sueño de Pescado y Soph Moraschi, recientemente editados por Del Cielito Records; también artistas independientes como Ciegos Rock, La Vieja Bis, Henry Donati, Mavirock, Robi Hirsch, Los Pakidermos, y clásicos como Héctor Starc y David Lebon.






domingo, 20 de septiembre de 2015

50. O vas a misa o vas a mi salamín

O vas a misa o vas a mi salamín


-En algún lugar leí una declaración tuya que me resultó inquietante y atractiva a la vez. Decías que para vos si hay una institución que sostiene el fracaso de la sociedad es la familia. ¿Por qué pensás eso?
     -Es lo que pienso. La familia es una institución que nace con la era cristiana, más precisamente en el siglo III. Pero se desarrolla en el siglo XIX, con la revolución industrial y el capitalismo. Cuando se libera al hombre, cuando se libera al esclavo, el esclavo decide no trabajar más. ¿Y cómo hacemos ahora, sin que nadie trabaje? Inventemos la familia. ¿Qué significa esto? Que una mujer tome a un hombre para que le dé hijos, y lo haga trabajar.
     No puedo evitar la carcajada.
     -Mirá cómo lo pusiste, ¿no?: no que un hombre toma a una mujer sino que una mujer toma a un hombre y lo pone a trabajar y a hacer hijos. Da la sensación de que la mujer restituye al hombre al lugar de esclavo del que, históricamente, había logrado liberarse.
     -El núcleo de la familia es la mujer: es la que sostiene a la familia, la que sostiene a los hijos, la que sostiene la casa. Y el hombre tiene que salir a trabajar. El hombre es libre hasta que forma una familia.
     -También se escucha lo opuesto  -le digo a Cordera-: las mujeres se sienten sometidas y relegadas muchas veces a su rol de madres y de amas de casa.
     -El sometimiento es de ambas partes  -acuerda Cordera-. Lo que pasa es que para el hombre es muy difícil zafar del rol de proveedor, zafar de trabajar. No bien terminás el colegio tus padres te dicen que algo tenés que hacer: si no trabajás tenés que estudiar, si no estudiás tenés que trabajar. Y a mi criterio, tal como está concebida, la familia es el epicentro de las desgracias de la mayor parte de la humanidad. Ojo: amo a mis hijos y amo a mi mujer en tanto seres humanos; pero detesto la institución que me hizo caer en una trampa semejante porque ahora, lógicamente tengo que ser padre, tengo que trabajar, tengo que volver a mi casa temprano, tengo que levantarme temprano para llevar a mis hijos a la escuela, tengo que poner límites.
     -¿Todo el tiempo peleás entonces con estas obligaciones familiares?
     -Por supuesto que sí: me gustaría ser un niño toda la vida.
     -Y estas obligaciones te impiden seguir siendo ese niño.
     -No solamente a mí sino a todas las personas que forman parte de una familia.
     -¿También a tus niños?
     -Y, lógicamente, porque a ellos los estamos preparando para que funcionen como nosotros.
     -¿Te imaginás algún otro tipo de organización social? ¿Una comunidad, tal vez?
     -Sí, una comunidad. Otra de las cosas que me imagino es descentralizar las grandes ciudades para que los seres humanos puedan vivir más en contacto con la naturaleza. Porque también, cuando formamos parte de lo que se llama familia, aparece la necesidad de agruparse en bloques, en monoblocks, en especies de ratoneras o palomeras, gigantes edificios, grandes estructuras edilicias porque la gente necesita estar cerca de sus trabajos. Entonces, lógicamente, de esta manera se van destruyendo los recursos naturales y se van produciendo como metástasis cancerígenas: el tema de la contaminación en las grandes ciudades. Las grandes ciudades son una especie de licuadora de infelices a quienes estamos viendo todos los días. Y pocas personas son conscientes de eso: eso es lo peor.
     -¿Se sufre al ser consciente?
     -Sí, ser consciente es un sufrimiento. Al principio, porque después, de alguna manera, te hace tomar distancia y hay alguna posibilidad de que las cosas cambien. La conciencia es el primer paso para que se produzca un verdadero cambio.
     -Estar despiertos.
     -Despiertos, con los ojos abiertos, con el corazón abierto. Pero las instituciones tienen una finalidad, fueron inventadas por la culpa. Y la culpa es un invento del cristianismo: todos tenemos que agradar a Cristo crucificado.
     -Todo lo que es disfrutable es un pecado: un pecado mortal  -refrendo.
     -Un pecado mortal. Y eso está instalado en nuestras células ya. Por eso es abominable toda la cultura judeo-cristiana de la que formo parte. Es el epicentro de todas las enfermedades mentales, de toda la desdicha con la que vivimos los seres humanos en las grandes ciudades.
     -Y para vos una salida posible a esa desdicha ha sido la música.
     -La toma de conciencia.
     -En primer lugar.
     -La toma de conciencia. Observemos a los sacerdotes, observemos a nuestros políticos, observemos a nuestros maestros de escuela, observemos a los policías,  a todos los que mantienen estas instituciones vigentes.
     -Estás aludiendo a todos aquellos personajes que representan a las instituciones que, al menos desde cierto punto de vista, parecieran ponerse de espaldas a la vida.
     -De espaldas a la vida y de espaldas a la sensibilidad, al corazón, al afecto, al amor. Fundamentalmente reprimiendo, impidiendo que se desarrolle la energía más divina que tenemos: el sexo. Nosotros podríamos evolucionar espiritualmente sólo utilizando nuestra energía sexual. Buda tuvo tres mil quinientas mujeres. Y es el ser más espiritual que tuvo la Tierra. Tres mil quinientas mujeres.
     -Quizás el sexo esté relacionado con ese momento de disolución de los límites, de los bordes que impone la propia identidad. En ese sentido, creo, puede tener un perfil sagrado.
     -Es meditar el sexo. Es perder la cabeza y, justamente, poder formar parte de todo lo que existe. Dejar el ego a un lado durante los tres segundos de la eyaculación.
     -¿Y qué otra cosa te hace perder la cabeza así, con esa intensidad?
     -Por el momento, el sexo.


Gustavo Cordera y Juan Subirá en la cabaña Del Cielito, 
trabajando sobre las canciones de "Testosterona". 2005

Habíamos quedado en encontrarnos a un par de metros del mangrullo. Después del Baile de la gambeta que contó con la presencia de Maradona, Gus Gauvry se abre paso entre la gente. Avanzamos por un costado, en dirección a los tráilers. Me acompaña hasta el escenario para que vea a Bersuit desde ahí. Hacen un par de temas más y bajan. El público está exaltado y ellos también.
     Me siento en un banco largo, de madera, junto a una concurrida carpa blanca, mientras Gus va a retirar sus cosas del camión de grabación.
     Observo. No tengo otra cosa que hacer. Uno de los integrantes de la banda sale  de la carpa y habla por el celular con su mujer. Hace sólo cinco minutos que bajaron del escenario. Le dice que los están homenajeando con unos canapés pero que sí, que va a llegar a casa a cenar después de la breve conferencia de prensa, que no se preocupe. Son más de las doce de la noche y me da por pensar en Vando. Solía ser mi marido.  De pronto veo todo el espectro, la otra cara de la verdad, mi propia cara pidiendo lo imposible: quedate, amame sólo a mí, para siempre, a mí, nada de canapés ni de agasajos, te estoy esperando con la comida, son más de las doce, ¡¿por qué no estás conmigo?! Y reconociéndome en ese inesperado espejo del backstage, decido quedarme del lado de los muchachos. Porque estoy ahí, sola, y acabo de perder todo reproche, todo despecho. Quisiera pedirle el celular a ese integrante de la banda para decirle a su esposa que no sea una esposa. Yo también fui una, la comprendo. Pero es mejor ser amateur, como dijo el Indio. Una aficionada. Jugar este juego del amor del modo más libre y respetuoso que sea posible y nunca olvidar que es sólo un juego. Aficionarte a alguien por un tiempo indeterminado sabiendo de antemano que el objeto de tu afición ya tiene dueña. ¿Otra mujer? Ni siquiera. Es la vida, la Gran Ella. Tiene a todos nuestros hombres queridos y a todos los que todavía habremos de querer. Pero de vez en cuando la vida quiere hacerse chiquita, quiere jugar también, tener rivales. Y deja, nos deja que amemos a sus hombres.  Pero con una condición: que nunca jamás creamos que nos pertenecen.
     Estoy sentada atrás de los camarines, la sala de prensa, la de catering. Carpas, carpas, carpas. Nunca pensé que sería tan feliz en el circo.
     Gus se acerca con su mochila al hombro y me pregunta si tengo hambre. Nos encaminamos a la salida a través de un campo tapizado de papeles, vasos de plástico abollados, pedazos de hamburguesas y cientos de los condones que a la entrada del festival entregaban los emisarios de la Ciudad.

-Cada vez que nos ponemos los piyamas, algo nos invade  -me dice Cordera y se lleva la mano derecha al corazón- Lo mismo le debe pasar a un jugador de fútbol cuando se pone la camiseta.
     Desde atrás de la barra que separa la cocina de la sala de estar, Carlos Martín añade:
     -Los piyamas son nuestra camiseta. Aparte el escenario no es un lugar más. El escenario es un lugar muy especial, es un lugar sagrado, no podés estar con la misma ropa que usás abajo, pasan otras cosas en un escenario.
     -Un concierto es una celebración  -afirma, taxativo, el Pelado-. Estás celebrando un rito que es mágico y que tiene una vibración, una comunicación muy sutil, anterior inclusive a la palabra.
     -¿Y ustedes qué sienten cuando salen al escenario? 
     -Por un lado es como ir a la guerra, llevás la energía del que sale a combatir. Pura adrenalina  -Carlitos llena una pava con agua y enciende la hornalla.
     -Depende del día también  -dice Cordera, que no se ha movido del sillón.
     -Claro, del estado anímico de cada uno  -el baterista revuelve la yerba del mate, tira un poco y agrega nueva.
     -Y ese estado anímico, ¿depende también de cómo perciben al público en relación con ustedes?
     -La interrelación con el público es constante  -afirma el Pelado-. Pero las expectativas son algo peligroso, porque cuando vos tenés expectativas, lo que estás haciendo, de alguna manera, es interferir con lo que es, con lo que te indica la realidad.
     -Tenés que subir dispuesto a dar, más que a recibir  -Carlitos, sentado en un taburete, apoya los codos en la mesada-. Lo que recibís es una consecuencia de lo que das.
     -Uno cae siempre en la trampa de su propia necesidad y de su propio deseo  -dice Cordera-. Entonces, qué pasa: no estás preparado para recibir lo que la vida te quiere dar y considerás que lo que te está dando la vida no es lo que vos verdaderamente te merecés. Y te ponés mal porque hay menos personas que las que vos esperabas, o porque no cantaron tal canción como vos creías que la iban a cantar. A veces uno se vuelve muy prepotente en su necesidad.
     -Nosotros  -interviene Martín- tuvimos un tiempo en el que poníamos muchas expectativas, al punto de planificar todo y de irnos al carajo. Me acuerdo que un día, en la casa del Pelado, donde ensayábamos en esa época, dijimos: “Bueno, a la música no hay que pedirle más nada, hay que ponerle, hay que darle a la música, no se le puede pedir más nada. Así que vamos a buscar otro sustento porque no le podemos exigir plata a la música, a la música hay que ponerle amor”. Y entonces cambia, el concepto cambia completamente.
     -Cuando caés en esa trampa  -acota Cordera- se pierde el placer. Te ponés tenso, te volvés prepotente y se van bloqueando todos los caminos. Pero cuando la prioridad es disfrutar, cuando no estás pensando en las metas, cuando no estás pensando en llegar sino en difrutar del viaje en sí mismo, las cosas ocurren de una manera mágica y parece que no hubiera techo  -el Pelado guarda silencio por unos breves segundos y reflexiona-: Tal vez lo aprendí en la pileta esto. Yo hago apnea, que es contener el aire e ir abajo del agua. Cuando mi prioridad era llegar a la pared de enfrente, miraba la pared y me generaba angustia; y en general, no llegaba. Cuando no la miraba y me sentía un pez, y jugaba, y dejaba la mente en blanco, llegaba a la pared. Las metas son, justamente, el obstáculo que impide que las alcancemos. Constituyen ese canto de sirena que nos dice, estridente: “Sean los número uno”, “Sean los mejores”, “Sean los primeros”, “Cumplan sus objetivos”, “Sean ambiciosos”. Pero lo que en realidad nos está diciendo este canto de sirena es que nos perdamos de apreciar la existencia, de disfrutar de la vida, de alcanzar el cielo.